¿Te has parado a pensar en qué momento se producen tus mejores ideas? Ese instante en el que sin querer o decidirlo surgen como por arte de magia.
Tu cerebro es más inteligente cuando no le ordenas que hacer – Algo que la gente que se ducha descubre ocasionalmente. Nassim Nicholas Taleb
Foto de seanmcgrath vía Flickr
Esta es la frase que escuché hace unos días en Twitter y sobre la que gira este post. Nassim Nicholas Taleb, economista y pensador, autor de los libros “Fooled by Randomness” y “El cisne negro” (libro que compré hace ya algún tiempo y tengo en mi lista de pendientes). En su último libro titulado “The bed of Procrustes” y aún no traducido al español, Nassim hace una recopilación de aforismos y principios sobre los que hace una serie de reflexiones.
La frase en cuestión, ha llamado mi atención, porque siempre he sentido curiosidad por saber si existía un lugar o situación propicios para que fluyan las ideas brillantes.
Estoy seguro de que conoces esa sensación. Ese momento en el que estás haciendo algo y de repente surge la chispa, se produce una idea fantástica (al menos a priori) y corres a registrarla antes de que se te olvide.
Parto de la base de que todos somos creativos en mayor o menor medida y que quizás no lo somos más porque no nos permitimos serlo. Por distintos motivos, no dejamos a nuestra creatividad expresarse libremente y eso nos lleva a pensar que no somos creativos.
¿Dónde y por qué surgen las buenas ideas?
He estado reflexionando sobre el tema y en mi caso, se producen principalmente en tres momentos concretos: en la ducha, cuando salgo a correr y cuando me voy a dormir. Creo que el 90% de las ideas que considero buenas, surgen en esos tres periodos de tiempo.
Ahora bien, ¿qué tienen en común esas tres situaciones a priori tan distintas? Pues parece ser que en esos momentos nuestro cerebro está distraído o desocupado, está literalmente tranquilo. Durante ese tiempo estás tú solo contigo mismo, no hay nada más, eres tú y tus sensaciones.
Puede que no nos demos cuenta, pero en el resto de momentos del día, nuestro cerebro está ejecutando tareas y procesos que le asignamos sin descanso. ¿Y además queremos que nos de buenas ideas?
Creo que la reflexión de Taleb es magnífica, porque nos indica que no debemos buscar un lugar, sino un estado. Un estado que no hay que forzar, sino dejar que nuestra mente se libere de todas las preocupaciones y tareas cotidianas y permita fluir un pensamiento libre.
Seguro que tú también tienes esos momentos en los que sin querer estás dejando a tu mente libertad de movimientos y puede que te sorprendas a ti mismo con una idea brillante.
Otro tema fascinante es cómo se crean y gestan estas ideas brillantes en nuestro cerebro. Steven Johnson tiene unas ideas muy interesantes al respecto, pero eso será motivo de otro post 😉
Dejo aquí esta reflexión y te animo a que nos cuentes en qué momentos y lugares tienes tus mejores ideas.
Esther dice
Como bien dices, yo no tengo un momento preciso asociado a una actividad, si no más bien me viene la inspiración cuando estoy a solas. Normalmente me ducho rápido pensando en todo lo que tengo que hacer y cuando me acuesto también estoy con el run-run de lo que tengo pendiente o lo que he hecho durante el día. Aun así, el trayecto en coche hasta el trabajo suele aportarme mi mayor momento creativo, porque voy sola y porque no tengo que pensar en lo que tengo que hacer ese día en casa, con el niño, la comida…
Saludos
Chema dice
Si Esther, los viajes en coche muchas veces nos producen el mismo efecto. Yo también recuerdo alguna idea que se ha producido mientras iba conduciendo, el problema ha sido poder registrarla antes de que se olvide.
dani dice
Ostras Chema, precisamente el otro día en una reunión de gestión de conocimeiento y trabajo colaborativo en comunidades de práctica, comentaba con la gente del equipo que mis mejores ideas (y seguramente tambien la peores) surgen cuando me ducho; no pararon de reirse y de burlarse, no por el hecho en sí, sinó más bien por el momento y la forma como lo expliqué. El contexto era que necesitabamos avanzar en un proyecto que lleva 3 años de camino y necesitabamos ideas.
En fin, uno de los presentes en la reunión me ha enviado el enlace a tu blog y aquí me tienes.
Es genial eso de no debemos buscar un lugar sinó un estado. Lo comparto plenamente. La ducha para mí es un estado de relajación excepcional…
Me ha gustado mucho el post y te seguiré.
Chema dice
Me alegro mucho Dani de que hayas descubierto el blog y que te haya gustado.
Me interesa mucho el tema del aprendizaje informal y las comunidades de práctica, seguro que tocamos el tema en breve.
Ya nos contarás tu experiencia 😉
Julio Ortiz dice
Trasladarse a un estado — de generación de ideas — conducido por uno mismo es dificil de realizar, si sabes como hacerlo, favor dímelo ;-). Te puedo contar mi historia, lo que me resulta para generar mas ideas en entornos — obligados como estar en una oficina — , es trabajar por bloques de 25 -35 minutos, y luego descansar unos 5 minutos, salir a conversar con algun compañero de trabajo, en mucha de esas situaciones se me han ocurrido bastantes ideas…
Sin duda, en la ducha, al despertar, al acostarse, viendo alguna película, se me han occurrio muchísimas ideas, y como uso gtd para organizarme, rapidamente describo la idea lo mas detallada posible y la dejo en una de mis bandejas de entrada…
Chema dice
Gracias Julio,
¿Y cómo integras la generación de ideas en el GTD? Me interesa saber cómo las procesas, en qué listas las añades, cuando vuelves sobre ellas, etc
PerePux dice
A mi me ayuda mucho el intentar explicar la situación a otra persona, no necesito ni siquiera que me entienda.
El proceso mental para ordenar la información me muestra el camino a seguir.
(Supongo que mi facilidad para no «escuchar» a los demás cuando me hablan tiene algo que ver..)
Valencia dice
Ostras Chema, precisamente el otro día en una reunión de gestión de conocimeiento y trabajo colaborativo en comunidades de práctica, comentaba con la gente del equipo que mis mejores ideas (y seguramente tambien la peores) surgen cuando me ducho; no pararon de reirse y de burlarse, no por el hecho en sí, sinó más bien por el momento y la forma como lo expliqué. El contexto era que necesitabamos avanzar en un proyecto que lleva 3 años de camino y necesitabamos ideas.
En fin, uno de los presentes en la reunión me ha enviado el enlace a tu blog y aquí me tienes.
Es genial eso de no debemos buscar un lugar sinó un estado. Lo comparto plenamente. La ducha para mí es un estado de relajación excepcional…
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Chema dice
Muchas gracias por comentar. El trabajo colaborativo en Comunidades de práctica es un tema que me fascina, así que espero tus aportaciones en ese campo. Me alegro de que hayas entrado y comentado 🙂
Alberto dice
Hola a todos,
he llegado aqui por casulidad, estaba informandome sobre la lectura rápida y la mnemotécnica, y he llegado a esta web. (por cierto Chema, como fue o esta yendo lo de la lectura?)
En cuanto a lo de la cascada de ideas, me ocurre en la ducha, y habitualmente cuando cosumo marihuana (de calidad), creo que tiene que ver con la desinhibición que comporta, dejando que el cerebro siga con una actividad libre de ocupaciones.
Nada más por el momento, pero creo que voy a ser un habitual de este site! 😉
Ahora voy a empezar a leer todos los articulos, hay cosas interesantisimas.
Chema dice
Muchas gracias por entrar y comentar, espero que te guste el resto de artículos.
En cuanto al tema de lectura rápida, he conseguido aumentar mi velocidad de lectura y comprensión pero aún me queda mucho por mejorar. A ver si este año… 😉
Helena dice
En mi caso uno de mis mejores momentos creativos es cuando voy en autobús, las veces que no me duermo o me distraigo con el móvil, observo el paisaje que pasa por la ventana y las ideas van surgiendo. También cuando estoy escuchando música instrumental y estoy relajada sin hacer nada.