El momento ducha, o cuando surgen las ideas
¿Te has parado a pensar en qué momento se producen tus mejores ideas? Ese instante en el que sin querer o decidirlo surgen como por arte de magia.
¿Te has parado a pensar en qué momento se producen tus mejores ideas? Ese instante en el que sin querer o decidirlo surgen como por arte de magia.
Vivimos en una sociedad en la que tantas personas buscamos tener éxito en nuestra vida, en la que parece que te tienes que vender constantemente, en la que la competencia te hace esforzarte mucho. Parece que todo va enfocado al yo, yo y yo, y lo único que queremos es hablar de nuestro libro.
A veces no caemos en la cuenta de aquellas personas que están ahí e influyen notablemente en nuestras vidas. No lo hacen queriendo, ni somos muchas veces conscientes del cambio que obran en nosotros.
Somos seres emocionales por naturaleza y todas nuestras decisiones están inmersas en el baño de las emociones que salpican y condicionan nuestra existencia, por lo que es muy difícil abstraernos de ellas.
Hoy quiero hablar de un tema que me toca muy de cerca y sobre el que reflexiono de forma muy habitual y recurrente: ¿Es mejor ser maestros en algo o aprendices de todo? ¿Se puede ser ambas cosas a la vez?
Cuando venía al trabajo, empecé a dar vueltas a si realmente estaba gestionando bien mi tiempo. El caso es que a base de añadir cosas a la lista de tareas pendientes, no estoy dedicando nada de tiempo a pensar en qué es lo que quiero hacer, dónde tengo que invertir los esfuerzos y qué tareas son las que quiero resolver. Estoy pensando en implantar la Filosofía de Google…
La reflexión de hoy es acerca de ¿y si tuvieras que hacer un elevator pitch de tu proyecto vital? La pregunta tiene su miga, porque si ya es difícil definir en unos minutos una idea profesional, imagínate hacerlo sobre lo que te define y esperas de la vida.
Una cuestión que se plantea en nuestro camino del desarrollo personal, es si es mejor enfocarnos en mejorar nuestras fortalezas o en mejorar aquello en lo que somos débiles. ¿Donde depositamos todo el esfuerzo? La pregunta tiene su miga porque nuestro tiempo es limitado y los campos a desarrollar son muy extensos.
Todos tenemos a 4 o 5 personas en nuestro grupo de referencia que influyen en nosotros, nos ayudan en nuestro día a día y potencian nuestro desarrollo personal y profesional. Cuando queramos cambiar de metas o adquirir nuevos conocimientos, deberíamos ampliar nuestro grupo de referencia e incluir a uno o varios mentores. Vamos a ver cómo nos puede ayudar en nuestra vida un mentor.
Tenemos la falsa impresión de que controlamos nuestra vida digital y los datos personales que circulan por la red. ¿Eres realmente el responsable de tu exposición en Internet?¿Qué responsabilidad tienen los demás?