Escuchar a David Criado es siempre motivo para abrir cada uno de los poros de tu piel y orientar tus antenas, porque haciéndolo sabes de antemano que se avecina un baño de realidad.
Y allí está él, sentado en el borde de un escenario TEDx, santuario para muchos, entre los cuales me incluyo, y en marco de cercanía como el que podrías tener en el salón de tu casa. Y en el medio de lo que podría ser una conversación casual sorprendiéndonos con pensamientos del tipo ‘quizás en este momento ya lo hemos pensado todo y es el momento de ponerse a actuar’, o ‘la mayor innovación que podemos hacer en este instante es empezar a escuchar’.
Créditos: Foto de Greg vía Flickr
En un momento en el que tenemos a disposición más tecnología que nunca, con una oferta profesional y formativa increíble, con un alto grado de especialización profesional y con planes de negocio (y de todo tipo) para casi cualquier cosa, resulta que obviamos de forma reiterada el hecho de que la innovación más potente consiste simplemente en recuperar aquello que siempre fue esencial.
Es posible que durante todo este tiempo nos hayamos dedicado a colocar capas y capas externas de artificios, con la idea de que gracias a ellas mejoramos o añadimos algo a nuestra propuesta de valor, cuando en realidad el éxito se consiga haciendo lo contrario, eliminando todo aquello que no aporte nada nuevo. Puede que haya llegado el momento de soltar ese lastre y recuperar lo importante.
Dejar de hablar para volver a escuchar, aprender a mirar a través de los ojos de los demás y no gastar horas y horas de nuestro tiempo en presuponer que sabemos lo que los demás quieren de nosotros, para simplemente detenernos a preguntar escuchar lo que tienen que decirnos. Decía Gregorio Marañón que la mejor tecnología al alcance de un médico (tradúzcase por cualquier tipo de profesional) era la silla, porque nos ofrece la capacidad de sentarnos a escuchar.
¿Por qué nos empeñaremos en dotar de complejidad a las cosas y permitimos que lo sencillo se haga invisible a nuestros ojos?
Gracias David, por el baño de realidad.
Chema, un honor. Siempre me siento agradecido cuando alguno de mis mensajes consigue llegar. En este caso mucho más porque tienes mi respeto y admiración, compi. Sigamos trabajando por el cambio desde nuestro área de responsabilidad. Un abrazo grande
Gracias a ti siempre David y a seguir construyendo desde las personas