Muchas veces cuando hablamos con alguien sentimos que nuestras palabras no conectan con esa persona, o no estamos produciendo ningún impacto en la audiencia a la que nos dirigimos. En definitiva, no estamos comunicando.
La comunicación es como el tango: requiere pasión, emoción y puntos de inflexión.
Foto de zabaraorg vía Flickr
La comunicación se define como “el proceso mediante el cual se transmite información de una entidad a otra”. Nuestro objetivo como comunicadores, no debería limitarse a transmitir un mensaje, sino que deberíamos intentar provoca algún cambio en el destinatario.
Por eso, no es lo mismo hablar que comunicar. Hablar es lo que hacen nuestros políticos todos los días: hablan, hablan, hablan, pero en la mayoría de los casos no producen en nosotros ningún efecto, más allá del aburrimiento…
En el polo opuesto están los verdaderos líderes, nuestros mentores o aquellas personas a las que asignamos un valor por la capacidad que tienen de transmitir los conceptos. Esas personas son capaces de producir cambios permanentes en nosotros.
Vamos a descubrir cuáles son las armas secretas de los buenos comunicadores para aplicarlas a nuestra vida diaria
La pasión mueve el mundo y también la comunicación
Los buenos comunicadores producen en nosotros un efecto muy curioso. Consiguen de forma muy sencilla mover nuestras emociones, hacer viajar a nuestros sentimientos y captar profundamente nuestra atención.
La principal arma que usan para despertar en nosotros ese cambio emocional, no es su gran oratoria, ni su atractivo personal, ni su despliegue paraverbal. El ingrediente más potente es la pasión por lo que hacen.
Todos somos conscientes del efecto que nuestra pasión despierta en los demás. Cuando hablamos de un tema que nos apasiona, contagiamos fácilmente a los demás, de forma que se produce una sintonía y las neuronas espejo comienzan a bailar al unísono.
Si tú te crees el mensaje y desbordas pasión por contarlo harás que los demás también compartan tu emoción y tu mensaje se quedará grabado a fuego en sus conciencias.
Este efecto que muchas veces producimos de forma inconsciente, tiene un gran poder y es fundamental para producir un impacto emocional en nuestra audiencia.
Steve Jobs es un gran ejemplo de comunicación con pasión. La intensidad con la que vivía cada día en su trabajo, el amor que tenía por cada una de las tecnologías que desarrolló, hacía que sus discursos fueran emocionalmente intensos.
Introduciendo un punto de inflexión
Otro arma interesante consiste en introducir un cambio brusco o repentino, algo que se salga de lo que esperan los demás que hagamos.
No es necesario que nos desnudemos delante de nuestra audiencia (aunque seguro que produciría un efecto interesante;-) ), bastará con que hagamos algo que rompa la rutina de la presentación. A nuestro cerebro le gustan los cambios, los puntos de inflexión.
No solemos recordar cosas que tienen una línea plana o sin muchos altibajos. Es posible que no recuerdes todas las jugadas de un partido, pero si sale un espectador corriendo desnudo por el campo, seguro que nos acordaremos durante algún tiempo.
Muchos oradores son conscientes de este efecto y lo usan en sus presentaciones. Por ejemplo Jamie Oliver para resaltar la importancia de evitar el exceso de azúcar en la dieta de los niños, llenó el escenario con la cantidad de azúcar que consume un niño de 4 años a lo largo de su vida.
Jugando con las emociones
Nuestra memoria se crea a partir de conexiones neuronales, formando circuitos o caminos. Cuanto más arraigado tengamos un recuerdo, más caminos se habrán creado. Existen muchas técnicas para favorecer la memorización, como puede ser la de realizar asociaciones inverosímiles.
Otra forma de grabar un recuerdo para siempre es dotarlo de una fuerte carga emocional. Todos tenemos recuerdos emocionales grabados a fuego por las emociones que nos despiertan.
Este recurso es muy usado por los grandes comunicadores para impregnar sus charlas de emoción y hacerlas inolvidables. Para ello introducen imágenes de gran carga emocional, o cuentan alguna historia conmovedora. Son capaces de llevarnos por una montaña rusa emocional, consiguiendo un gran impacto en nosotros.
Estrategias para la vida real
No es necesario (aunque sí interesante) subirse a un escenario para poder aplicar estas técnicas. Podemos aplicarlas a nuestro día a día y beneficiarnos de sus efectos.
Seguro que te resulta familiar esa situación en la que una persona que ya has conocido no se acuerda de haberlo hecho, incluso cuando habéis hablado durante un buen rato. No te preocupes, a mi me ha pasado un montón de veces… Eso es el resultado de hablar, pero no comunicar. El hecho es que no nos recuerdan, porque no hemos sido capaces de despertar su atención hacia nosotros.
Si queremos que las personas con las que tratamos nos recuerden, cambien de actitud o simplemente reciban un intercambio emocional, debemos dejarles una huella. Y para ello bastará con que mantengamos su atención mediante este tipo de estrategias:
- Imprime tu pasión: si el tema nos fascina nos resultará muy fácil hacerlo y nuestro cuerpo acompañará casi sin quererlo. En el caso de que sea un tema que no nos apasione, tendremos que poner todo nuestro arsenal de comunicación verbal y gestual, para que lo parezca.
- Crea puntos de inflexión: podemos desviar el tema hacia uno que resulte extremadamente raro, o introducir un argumento rompedor.
- Usa el juego emocional: podemos introducir elementos que consigan emocionar a la otra persona, hablándole de experiencias personales o ajenas de gran carga emocional.
- Los cambios de nuestra voz también produce cambios en la atención: subir y bajar el tono constantemente o introducir picos de énfasis en determinados puntos.
- Nunca desprecies el poder del arte de la mirada: saber mirar bien a los ojos y mantener una mirada puede tener un poder de atracción muy fuerte.
- Haz que la otra persona se sienta especial: A todos nos gusta que nos traten de forma especial, nos hace sentirnos valorados y a su vez asignamos mayor valor a la persona que nos trata así. Podemos aprendernos su nombre aunque sea la primera vez que hablamos con él y dirigirnos siempre por su nombre. Además, es importante hacer una escucha activa y empática, para que sienta que le estamos escuchando con atención.
Y a tí, ¿qué estrategias te funcionan mejor para comunicar con éxito?
Pilar dice
Solo añadiría una cosa, o más bien la recalcaría porque la pones en el último apartado.
Escuchar, pero escuchar de verdad. No por hacer especial al otro, que también, simplemente porque si alguien te habla de algo, lo lógico es que le escuches. No me gusta que la gente haga como si te estuviera escuchando pero realmente no se esté enterando de nada. Y eso a la larga se nota.
Esa es mi estrategia. No me gusta que alguien con quien hablo «escuche sin escuchar». Empatizo, me pongo en su lugar e imagino como se sentiría si al contarme algo yo no le estuviera escuchando. Pensaría que no me importa nada, y con razón. E intento escuchar.
Sólo eso.
Interesante reflexión, como siempre.
Chema dice
Es una gran estrategia Pilar, actuar con empatía y pensar cómo nos gustaría que nos escucharan a nosotros 🙂
Esther dice
Muy interesante, Chema. En lo de la pasión no puedo estar más de acuerdo. Se nota al instante.
Me apunto todos tus consejos para la próxima vez.
Chema dice
Gracias a ti Esther.
Cada día me fijo más en este tipo de cosas cuando voy a algún curso o evento y es increíble como la pasión mejora a un orador
Jorge Libardo dice
Creo que lo primero que se debe tener para comunicar algo,esta en el saber del tema a profundidad como requisito primordial,ya con esto los items que usted nos muestra hara una comunicacion fluida y exacta.Gracias una guia excelente.
Joan dice
Lo que más funciona es no mentir. Cuando dejas de mentir, la sinceridad se va apoderando de tu rostro, y no importa que digas, suena tan real que cualquiera, (incluso los que usan técnicas para hacerte creer que les interesas) puede persibirlo. La razón por la que los políticos del mundo y los comunicadores radiales dominicanos no comunican, es porque aprenden técnicas para mentir, y hacerte creer que les interesa. A mi me funciona ir de frente y decir exactamente lo que hay que decir, y si la situación no amerita decir nada, no decirlo.
Chema Cepeda dice
Gracias Joan. Las personas que no creen en aquello que dicen también transmiten, aunque en este caso provocan sentimientos negativos.
Daniel Mejia dice
Buenas Tardes con mucha emoción les escribo para felicitarlo por el excelente contenido de este documento. Muy claro, lleno de mucha pasión y verdad.