A veces un nombre dura en nuestra memoria lo que una huella en la arena
El nombre es nuestra carta de presentación y todos queremos que sea recordado por los demás, porque significa que somos conocidos y les importamos. Es la palabra que más nos gusta oír y nos sentimos decepcionados si alguien no lo recuerda.
Foto por adamsofen vía Flickr
Toda la vida he sido un desastre para recordar el nombre de las personas. Soy bueno para las caras, jamás olvido una, pero lo del nombre siempre me ha superado. Incluso siendo consciente del problema y tratando de poner toda mi atención en recordar un nombre, al poco tiempo de la presentación se esfuma de mi memoria sin dejar rastro…
Esta situación se puede volver incómoda cuando nos encontramos con una persona que hace tiempo que no vemos y queremos presentársela a nuestra pareja… “Te presento a… ¿cómo te llamabas? O mejor aún…“esta es mi pareja” y dejas que se presenten entre ellos (modo ruborizado:ON).
Nuestro nombre es la palabra que más nos gusta oír
Hay que reconocer que cuando alguien dice nuestro nombre sucede un fenómeno muy curioso: se agudizan los sentidos, las pupilas se dilatan y nuestra atención hacia esa persona aumenta. Nuestro kit 2.0 de neuronas espejo comienza a aumentar el flujo de señales para sincronizarnos con el de la otra persona. En definitiva, nos sentimos muy valorados e importantes cuando alguien se acuerda de nuestro nombre.
¿Cómo podemos entonces construir una relación con empatía si ni siquiera sabemos el nombre de las personas con las que interactuamos?
Por no hablar de la importancia que puede tener a nivel laboral y profesional, sobre todo si nuestro trabajo consiste en relacionarnos con mucha gente. Me parece sumamente importante y muy gratificante que conozcamos todos y cada uno de los nombres de las personas con las que trabajamos, desde el cargo más alto al más bajo de la organización. Le da un valor altísimo a nuestra relación personal y profesional con los demás.
Puede que sea un problema de nuestra atención, capacidad de concentración o de la función de almacenamiento de los datos en nuestra memoria. Lo que sí parece claro, es que nuestro cerebro mientras dormimos se dedica a organizar toda la información que ha procesado durante el día y lo que no considera importante, simplemente va a la papelera de reciclaje…
Veamos cuáles son los 3 pasos o claves para ayudarnos a recordar el nombre de una persona y que este no vuelva a caer en el olvido.
1. Debemos poner plena atención
Parece obvio, pero si no prestamos toda nuestra atención, nuestro cerebro no le dará importancia al dato y nunca lo almacenará como recuerdo a medio o largo plazo.
Quizás estemos nerviosos por la presentación, o por lo que queremos decir después para causar una buena impresión y sea la causa de nuestra falta de atención.
Es importante que mantengamos el foco en la persona que nos están presentando, sobre todo en el momento en que nos dicen su nombre. De esta forma, tendremos la semilla de lo que será el futuro recuerdo.
2. Repetición
Desde el momento que tenemos el dato, hay que tratar que se almacene correctamente. Aunque la técnica de repetición no sea la mejor para almacenar información, nos puede ayudar a hacerlo.
Por ejemplo, podemos repetirlo primero mentalmente y después en el momento en que nos dirigimos a la otra persona: «encantado María…» Incluso podríamos sacarlo alguna vez más durante la conversación: «yo tenía una tía que se llamaba María…».
Lo importante es que el nombre poco a poco se vaya consolidando en nuestra base de datos.
3. Asociación
Esta técnica es la que más me gusta y mejores resultados me está dando a la hora de memorizar datos complejos.
Consiste en desarrollar una asociación cuanto más irreal, vistosa y sensorial mejor, entre el nombre de la persona y la situación inverosímil. Lo que conseguimos así es crear nuevas conexiones y reforzar rutas neuronales que nos asegurará que encontremos el dato cuando lo necesitemos.
Vamos a poner un ejemplo. Imagina que te acaban de presentar en un supermercado a una chica que se llama Ainhoa. Ese nombre puede significar para ti mucho o poco, dependiendo de donde vivas, si conoces ya a alguien con ese nombre, etc. En este caso podríamos asociar a esta persona con Ainhoa Arteta, la cantante de ópera.
Podríamos imaginarnos a la nueva Ainhoa encima de la cinta de productos del supermercado cantando una ópera a voz en grito y con un calabacín a modo de micrófono. Mientras canta, toda la gente está mirando y las cajeras/os del supermercado están haciendo los coros…
Este ejemplo es real y te juro que va a ser difícil que olvide su nombre 😉
Unos pequeños trucos para que la asociación se arraigue mejor en la memoria:
- Hay que imaginar la escena con todo lujo de detalles y cuantos más, mejor
- El refuerzo es mayor cuanto más rara es la asociación
- Es mejor implicar varias fuentes de información en el recuerdo: vista, oído, olfato, tacto…
- También es importante repasar de vez en cuando la asociación
De forma inversa, estas técnicas también pueden ayudarnos a que los demás recuerden nuestro nombre. Cuando nos presentemos, deberíamos hacerlo en un momento en que tengamos toda la atención de la persona que estamos conociendo. También es importante decir nuestro nombre en voz alta y de forma clara e incluso ayudar a que asocien nuestro nombre con algo curioso, del tipo «me llamo Antonio, como Antonio Banderas. Mi madre siempre me dice que me parezco a él, aunque ya sabes cómo son las madres… ;-)»
Puesta en marcha: Un experimento real con resultados muy positivos
A modo de curiosidad y para probar esto de memorizar nombres, estoy implementando la técnica en unos cursos de formación que estoy impartiendo. Son grupos de 40 personas, con lo que me parece un número normal-alto para hacer el experimento.
Lo que hago es presentarme al grupo y pedir a los alumnos que ellos también se presenten a los demás, momento en el que aprovecho para apuntar su nombre en un papel dividido por filas en función de donde estén sentados.
Acto seguido les dejo 10 minutos para leer algún texto sobre lo que vamos a hacer en ese día, o simplemente hacer un pretest a modo de evaluación previa de los conocimientos sobre la materia.
Esos 10 minutos son el valioso tiempo del que dispongo para memorizar sus nombres, mediante la técnica de asociaciones increíbles. Pues bien, en el último curso conseguí aprenderme 25 de 40, que no está nada mal. Espero llegar con un poco de práctica al 100% del grupo :-).
Lo que resultó más curioso fue observar sus caras de asombro cuando comenzamos el taller práctico y me iba dirigiendo a cada uno por su nombre de pila. ¡Algunos alucinaba en colores!
Ahora ponte en su lugar. Imagina que un profesor al que hasta ahora no conocías sabe tu nombre a los pocos minutos de comenzar un curso. Acongojante, ¿verdad? Lo que noté fue que no solo alucinaban, sino que su receptividad hacia el curso en general aumentó y el número de preguntas y de participación se disparó con respecto a cursos anteriores.
Espero que te haya servido de ayuda y que nunca más olvides un nombre. Por cierto… ¿cómo te llamabas?
Jordi dice
Me ha gustado mucho tu artículo Chema.
También me sucede que olvido con con facilidad los nombres de personas, seguramente porque cuando interactuo por primera no le presto la atención suficiente porque estoy pendiente de otros aspectos.
Te dejo una pequeña anécdota. Voy con frecuencia a una cafetería con servicio wiffi y con muchos estudiantes. Me gusta porque es un lugar acogedor para leer un libro, utilizar el portátil, leer una revista o tomar un café contigo mismo. El caso es que de todos los camareros sólo tenía una pequeña buena relación con uno, al que seguramente le dije mi nombre alguna vez. Pero sucedió que un día inesperado los demás empezaron a llamarme por mi nombre, hasta camarero/as que habían empezado recientemente a trabajar. Eso me gustó, la verdad (te hace sentir que no eres un cliente más, sinó que perteneces a la »cultura» del local). Sobretodo te da la sensación (no queriendo dar la impresión de egocentrista) que han hablado de ti tras la barra…
Intentaré aplicar tu técnica para memorizar los nombres.
Gracias por la info Chema. Saludos!
Jordi Valls
@jordimkt
Chema dice
Ese tipo de sorpresas son pequeños detalles de gran significado para el que los recibe. He vivido alguna situación similar y es muy gratificante.
Ahora está en nuestra mano el hacer sentirse especial a alguien, regalándole su nombre.
Muchas gracias Jordi por seguir comentando 😉
Aitor Calero García dice
Sensacional artículo Chema y muy divertido. La anécdota del supermercado es total. Yo añadiría a todo lo que sugieres que también es importante mostrar interés por saber el nombre de esas personas que nos rodean y que pasan casi desapercibidas: personas que trabajan en recepción del trabajo, celadores, becarios, etc… Ir a ellos y preguntarles, «oye perdona, se que nos presentaron, pero no me acuerdo ¿cómo te llamabas?» Y luego, por supuesto, empezar a practicar tus sugerencias.
De hecho, aprender los nombres era la primera de las 10 claves de Lyndon B. Johnson: http://www.uncafelitoalasonce.com/las-10-claves-de-lyndon-b-johnson-para-gustar-a-los-demas/
Fernando dice
Me llamo Fernando, pero puedes llamarme «El Viandante Herido». Enhorabuena por el post Chema, muy bueno y muy útil. Lo pondré en práctica.
Chema dice
Gracias Fernando, ya nos dirás si te ha funcionado
David Blanco dice
Gracias por el interesante post. Cuando empezaba con mos espectáculos de mentalismo
siempre incluía demonstraciones de memoria rápida. Como tu bién dices la respuesta del público es muy buena. Era (y soy) capaz de memorizar grandes listados de palabras nombrados por el público aleatoriamente. Nunca fuí del todo bueno con las asociaciones mentales con los nombres… Me has animado a practicar.
Gracias de nuevo,
David Blanco
Chema dice
Gracias David, ¿Qué técnica utilizas?
Yo sigo utilizándola en actividades formativas y cada día un poco mejor. Un poderoso truco para captar la atención 🙂
Silvia dice
Me ha gustado, lo pondré en practica…
Quisiera aprovechar para hacer una pregunta… tengo una compañera de trabajo que nos llama a todas de cualquier manera, preferentemente Mari o Antonia, a todas. Nunca nos llama por el nombre.
No se si lo hace para hacerse la graciosa, o para no tener que memorizarlos o porque de esta manera nos «despersonaliza» quedando ella como la única importante del entorno del trabajo.
¿Que creéis que puede ser?
Chema dice
Pues puede ser cualquiera de las tres cosas.
Yo le recomendaría leer este post para que sepa que os molesta y de paso conozca el potencial de saber llamar a las personas por su nombre 😉
Héctor dice
estimado, hoy asistí a la primera clase de un curso de 40 alumnos y el profesor hizo lo que mencionas, se memorizo los nombres de todos nosotros. Al final del curso agradeció a todos y dijo …. «bueno les agradezco su atención, en especial a algunos por ejemplo a ti juan, ana, pedro …… nombro a los 40» fue fantástico. Después de eso busque información de como lograrlo y llegue a tu post. Felicidades buen articulo.
Chema Cepeda dice
Gracias Héctor. El efecto es realmente mágico 🙂
gabriela dice
¡GRACIAS! lo pondre en practica tengo muchos amigos y me apena olvidar sus nombres
Medicoypaciente dice
Interesantísimo post, mañana mismo intento ponerlo en práctica (igual mañana no conozco a nadie nuevo…pero lo probaré igualmente)
faby gs dice
Y si lo olvide que preguntas podria hacer? Para que me lo vuelva a decir sin que se sienta mal?
marlene32614 dice
gracias por las sugerencias!!!
ya las pondrè en practica. El de las sugerencia, ya lo habia usado, en forma innata, pero no sabia que era formaba parte de una tècnica y/o herramienta ya probada.
Beatriz dice
Hola Estado leyendo todo lo comentado y os admiro ,mi problema es k trabajo en un geriátrico, me cuesta memorizar los nombres dé todos los usuarios, ya k trabajo dé noche y no tengo tiempo a parar me á memorizar todos los nombres dé los usuarios porque tennemos mucho trabajo, vamos a tope ,las demás compañeras llevan dos años y sé los conocen a todos yo llevo dos semanas y no soy capaz de recordarlos .Me siento frustrada, porque son dos plantas 49 personas por planta ,me acuerdo de tres cómo mucho cuatro ,no sé cómo hacerlo
Luis dice
Excelente información
Me gusta mucho gracias por esté valioso aporte
Amador dice
La verdad que yo no conocía la técnica pero la empleé sin saberlo hace unos 40 años. Estaba en Irlanda aprendiendo inglés y nadie me llamaba por mi nombre, unos porque no se acordaban y otros porque no lo sabían pronunciar hasta que les dije que me llamaba “brazo-puerta” y ya todos me llamaban lo más aproximado a mi nombre Amador”
LUIS BIDROGO dice
iNTERESANTE sin saberlo habia estado practicando algunas de estas tecnicas. cuando lei esta informacion me anime mucho en aprender como memorizar nombres….exelente