Hace poco hablábamos de una de las grandes cualidades que tienen las personas que consiguen sus objetivos y es su visión túnel. Lograr mantener el enfoque es necesario para no apartarnos de nuestro objetivo, pero no es suficiente y lleva implícita otra cualidad: la capacidad de selección.
Una respuesta negativa puede ser el comienzo de algo muy positivo
Foto de CarbonNYC vía Flickr
Conforme avancemos en el camino irán surgiendo nuevos proyectos que podrían distraernos y poner en riesgo nuestros objetivos, por lo que es fundamental que seamos capaces de diferenciar aquello que nos va a ayudar a alcanzar la gran meta, de aquello que es accesorio o superfluo.
A veces no resulta nada fácil y la Serendipia, casi siempre aliada, puede jugarnos una mala pasada, porque asumimos nuevos proyectos pensando que aunque quizás en este momento no nos harán avanzar, si lo harán más adelante cuando se junten las líneas que forman el cuadro. Y puede que no debamos despreciar ningún tipo de aprendizaje, pero también es necesario evitar distracciones que nos impidan lograr nuestros objetivos. Encontrar el punto de equilibro en este caso puede resultar complicado.
Puede que lo más fácil sea decir a todo que sí, con la falsa sensación de que esto abrirá nuevas puertas y oportunidades de futuro. Y también porque llenando nuestra agenda de infinidad de proyectos (en los que nos manejamos bien), evitaremos tener que elegir entre aquellos que suponen salir de nuestra zona de confort y nos generan estrés.
Tener capacidad de selección consiste en desarrollar un instinto que nos permita decir que no a todo lo que nos aparte de los objetivos e integrar en nuestra rutina solo aquello que nos permita avanzar hacia la meta.
La cuestión es que para poder seleccionar, primero tenemos que tener muy claros los objetivos que queremos alcanzar y después pasar por la criba de la reflexión cada uno de los proyectos que vayan surgiendo.
Parece que moverse hacia adelante no consiste en saber decir que sí a todo, sino en aprender a decir que no cuando sea necesario.
Todo se reduce a una sola pregunta… ¿Eres capaz de decir que no?
Luis José dice
Antes decía siempre que sí a todo, pero mi di cuenta que los proyectos que eran importantes para mí no avanzaban.
En un comentario de un artículo sobre este tema, decía José MIguel Bolivar de «Óptima Infinito» que él de entrada siempre dice que no y luego se lo piensa.
Desde entonces intento hacer lo mismo, en principio digo que no y luego lo medito, siempre hay tiempo para decir que sí.
Chema dice
Yo confieso que es un tema que me está costando aprender, pero poco a poco soy cada vez más consciente de su importancia. Habrá que seguir trabajándolo 😉