Una cuestión que se plantea en nuestro camino del desarrollo personal, es si es mejor enfocarnos en mejorar nuestras fortalezas o en mejorar aquello en lo que somos débiles. ¿Donde depositamos todo el esfuerzo? La pregunta tiene su miga porque nuestro tiempo es limitado y los campos a desarrollar son muy extensos.
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Nacemos con unas cualidades que nos hacen mejor en ciertas cosas, de forma que empleando el mismo esfuerzo, podremos llegar a ser excelentes en nuestras fortalezas y poco más que mediocres en nuestras debilidades.
Venimos limitados de fábrica en nuestras capacidades, aunque muchas veces nos sobrelimitamos nosotros mismos, de forma que pensamos que tenemos el listón más alto de lo que en realidad está.
Los ingredientes de la fórmula
Por un lado está nuestro potencial genético que constituye nuestras capacidades de inicio. Por mucho que nos empeñemos en ser unos virtuosos del violín, por ejemplo, si nuestro potencial de salida para esa habilidad no es óptimo, ya le podremos echar horas que como mucho llegaremos a ser excelentes.
Por otro lado nuestras inquietudes y motivaciones, que son el motor para desarrollar las habilidades. Sin inquietud, no hay iniciativa, nos quedaríamos en la idea o incluso en su estado anterior y nunca pasaríamos a la acción. La motivación nos allanará el camino, es la potencia de nuestro motor.
Por último tenemos nuestro tiempo y capacidad para gestionarlo. Sabemos bien que si no somos capaces de gestionar correctamente el tiempo, estaremos desperdiciándolo y dejaremos de ser productivos.
Tenemos entonces 3 ingredientes básicos de la fórmula ¿Cuánto ponemos de cada uno?
Así a ojo, la fórmula podría quedar así: % Enfoque= (PxIM)/ tiempo disponible.
Fortalezas Vs Debilidades
Varios libros señalan la importancia de reforzar fortalezas frente a apuntalar debilidades. ¿Es cierto en todos los casos? Yo Creo que no y por eso me he planteado escribir este artículo. Vamos usar un poco nuestro pensamiento lateral y analizar la cuestión.
Desde un punto de vista productivo, de búsqueda de excelencia, es muy importante centrarse en las fortalezas. Si queremos llegar a ser muy buenos en algo, para conseguir llegar a las 10.000 horas que se necesitan para ser un experto, no nos queda otra que centrar la mayor parte de nuestros esfuerzos en ese algo.
Cuanto mayor sea nuestro potencial hacia una cosa y más tiempo y esfuerzo le dediquemos, más sobresaldremos en ese área, nos convertiremos en unos expertos. De cara a nuestra profesión, nos pondrá en una posición bastante ventajosa, seremos referentes.
Ahora veamos la otra cara de la moneda, apuntalar debilidades. Es cierto que si centramos el grueso de nuestros esfuerzos en apuntalar debilidades, conseguiremos ser unos grandes mediocres, no sobresaldremos en nada y habremos desperdiciado nuestro potencial en temas que sí podríamos haber destacado.
Por otro lado, todos tenemos ciertas debilidades que necesitamos reforzar, bien porque mejoran o potencian el desarrollo de nuestras fortalezas, o simplemente a modo de reto o motivación personal. ¿Qué hay de malo entonces en mejorar ciertas debilidades?
Supongamos que no tienes oído para la música, eres nefasto tocando instrumentos. A pesar de todo, te encanta la música y siempre te hubiera gustado tocar digamos la guitarra. Nunca llegarás al nivel de Paco de Lucía, pero si le dedicaras un tiempo razonable, seguro que serías capaz de tocar a un nivel más que aceptable.
El reto que supone mejorar una debilidad, hace que mayor sea la recompensa cuando se consigue. Siguiendo la Ley de Pareto, el 20% de tus esfuerzos conseguirán un 80% de resultados. Tampoco es cuestión de dedicarle 10.000 horas a algo en lo que no destacas, pero no por pensar que no seremos nunca excelentes debemos dejar de intentarlo.
Desde el punto de vista de superación personal, puede ser muy beneficioso centrar pequeños esfuerzos a mejorar nuestras debilidades.
Además, está el hecho de que quizás no queramos especializarnos en nada, sino ser generalistas. No debemos desechar este enfoque, ya que también implica beneficios. Conocer muchas cosas de campos totalmente distintos, cambia nuestra estructura cerebral, enriqueciéndonos como personas y ampliando nuestras perspectivas ante la vida. Además, nos convierte en un tipo de expertos: especialistas en conectar múltiples cosas aparentemente sin relación alguna, una especie de creativos en conexiones.
Buscando el equilibrio
Es difícil saber que % deberíamos conceder a cada uno de los dos, depende de si lo que queremos es ser especialistas o ser generalistas.
Si quieres ser especialista en una cosa, deberías centrar tu tiempo y esfuerzo en mejorar tus fortalezas. Quizás un 80-90% podría ir destinado a especializarte y un 10-20% a enriquecerte en otros campos y a mejorar debilidades
Si quieres ser generalista la cosa cambia radicalmente. En ese caso tus esfuerzos podrían ser cercanos al 50% para ambas cosas. Por supuesto, que con este enfoque no serás excelente en nada, pero en este caso no es este nuestro objetivo.
Para tí, ¿qué es más importante? ¿Reforzar fortalezas o apuntalar debilidades?
david dice
dependiendo de cada uno,a debemos hacer aquello que mas nos gusta aunque nos dediquemos a otra cosa por supuesto deberiamos potenciar nuestras virtudes buscando donde podemomos encajarlas y referente a las debilidades habria que buscar el factor que las crea e intentar repararlas buscando ayuda si es necesario aunque sigo pensando de que casi en la gran mayoria de los casos las debilidades son causa de problemas que no hemos sabido resolver quizas en el pasado o de una inadecuado educacion que nos han enseñada siendo importantisimo en la infancia tener el maximo de estabilidad emocional posible no se trata de perfeccionismo sino de la calma con prudencia a la que debemos estar preparados en el mañana
M Casado dice
Tengo la impresión de que puedo reforzar mis fortalezas de forma autodidactica, con trabajo personal, y que necesito ayuda para las carencias: (Formación presencial con instructores o ir con un compañero con experiencia con vocación docente). El cerebro humano es mas plástico de lo que se pensaba hace unos años atras, una vez se reconocen las carencias mejorar estos deficits es cuestión de trabajo, voluntad e ilusión.
También soy de la opinión de que tener una formaciön y estructura mental generalista es bueno como punto de partida y que la especialización ofrece adaptación al medio más a corto plazo.
Saludos
Chema Cepeda dice
Ese es el enfoque en ‘T’ del que tanto se habla últimamente. Generalistas especializados ¿será el futuro de los knowmads?