Una de las cosas que debemos valorar cuando nos relacionamos con los demás, es la posición que ocupamos con respecto al resto y cuál es la distancia adecuada a la que deberíamos estar. De esto último es de lo que hablamos cuando nos referimos a la proxemia, que es la percepción que tenemos de nuestro espacio personal cuando interactuamos con otras personas.
Cuanto más cerca estamos, más importante es la distancia que nos separa
Foto de sergis blog vía Flickr
La gestión del espacio interpersonal es un tema que tiene mucha más importancia de la que a priori puede parecernos, porque si no sabemos interpretar bien los límites del espacio personal, podemos hacer que alguien se sienta incómodo y violent0, porque pensará que hemos invadido su intimidad.
Cuando hablamos de distancias en espacio personal, no todos tenemos los mismos límites. Existen diferencias culturales y personales. Así, en los países nórdicos se consideran necesarias distancias más grandes a la hora de por ejemplo saludar a una persona (de ahí su fama de personas frías), mientras que en el sur de Europa y países latinos la distancia interpersonal es más corta.
Además, puede que lo que tú consideres un espacio adecuado, otra persona de tu misma cultura lo considere totalmente inaceptable, por lo que tendremos que estar siempre atentos a las señales de alarma que puedan indicarnos que hemos sobrepasado el límite. De hecho las personas extrovertidas necesitan menos espacio que las introvertidas.
Entre sexos también existen diferencias. Las mujeres suelen tolerar mejor la invasión de su espacio íntimo, aunque se sienten violentas si lo hace un hombre, interpretándolo como algo de connotación sexual.
Resulta curioso cómo nos colocamos cuando estamos en una cola, en una sala de espera o incluso en un urinario, de forma que como si fuéramos un gas, vamos separándonos y distribuyéndonos para llenar todo el espacio disponible. Se han hecho estudios sobre cómo ocupamos los urinarios en función de si hay o no gente y también de cómo nos condiciona orinar en función de si nos invaden o no nuestro espacio personal (seguro que la próxima vez que vayas al servicio en un centro comercial pensarás en esto… :-)).
El espacio personal y la distancia mínima de seguridad
Dependiendo del contexto social en el que nos movamos, podríamos hablar de varios tipos de categorías, que serían como la distancia mínima de seguridad que deberíamos mantener en función de las circunstancias en las que nos encontremos. Así tendremos:
- Distancia íntima: 15-45 cms. Es la más corta y reservada por nosotros para los VIP, nuestra pareja, familiares y amigos íntimos. Solo ellos tienen el privilegio de entrar en el círculo sin que nos sintamos incómodos. Aún así este intervalo de espacio es variable, así que habrá que ver cuál es el que tiene cada uno.
- Distancia personal: 46-120cms. Es el espacio habitual que tenemos cuando nos relacionamos con los demás cara a cara y mantenemos una conversación. También varía en función de culturas y personas, por lo que habrá que ajustarlo según las circunstancias.
- Distancia social:120-350cms. La reservamos para la gente con la que no tenemos una relación directa: dependientes, empleados, etc.
- Distancia pública: más de 350cms. Es la que usamos para dirigirnos a grupos en charlas y conferencias.
Hay ciertas excepciones en las que toleramos una invasión de nuestro espacio íntimo: cuando vamos en el metro, en un ascensor, un concierto,etc., estamos como latas en sardinas y sin embargo no nos sentimos agobiados (aunque a veces tampoco cómodos). La forma que tenemos de manejarlo es poniendo cara de póker, mirando el móvil o desviando la mirada hacia otro lado, como diciendo… “no estoy aquí” ó «»en realidad estoy solo»…
Cuando alguien invade nuestro espacio íntimo saltan nuestras alarmas y se dispara la secreción de adrenalina, aumentándonos el pulso, sudoración y cambiando nuestro comportamiento. Inconscientemente nos pondremos en situación de alerta y puede que intentemos retroceder para restaurar la distancia de seguridad.
Poco a poco se van conociendo las bases neuronales que gestionan nuestro espacio personal y hacen que nos encontremos más o menos a gusto a una determinada distancia. Parece que la amígdala cerebral juega un papel importante en la gestión del espacio. Personas con lesiones a este nivel, se encuentran cómodas hablando con personas incluso aunque no haya ningún espacio de separación entre ellos.
Las Claves en la gestión del espacio interpersonal
Como cualquier otra habilidad, bien entrenada puede dar un plus importante a nuestras relaciones. Y combinada con otras como el poder de la mirada, puede constituir una herramienta muy potente que mejore nuestra relación con los demás.
Los grandes líderes, son auténticos maestros de este tipo de artes. Parece que siempre están en el sitio correcto con la actitud y posición adecuada, de manera que todo fluye de forma natural y en condiciones óptimas.
Uno de los líderes que mejor gestión hace de su lenguaje verbal y corporal es Bill Clinton. Con su mirada, es capaz de hacerte sentir único cuando se dirige a ti y a través de su posición y acercamiento es capaz de ganarse en un segundo tu confianza. Incluso en sus discursos, es capaz de convertir una distancia pública en una personal, acercándose a sus oyentes y creando con ellos una conexión de cercanía.
Para finalizar, vamos a ver cómo podemos mejorar nuestra gestión del espacio corporal:
- Debemos ser conscientes del tipo de relación existente y cual es la que pretendemos conseguir, para adecuar el espacio a esa ocasión.
- Hay que ser más cuidadosos cuanto menor es la distancia. En un espacio íntimo, unos centímetros pueden marcar la diferencia entre confianza e intimidación, por lo que tenemos que ser muy cautos a este nivel.
- Detectar las señales de alarma cuanto antes mejor. A la menor señal de que estamos transgrediendo el límite, retrocederemos y reacomodaremos nuestra postura.
- Allá donde fueres haz lo que vieres. Si estamos en otro país o con gente de otras culturas, no hay mejor señal de respeto que adecuarnos a sus costumbres, por lo que deberíamos fijarnos en cómo se relacionan entre ellos antes de acercarnos. Y si no, dejar que sean ellos los que fijen el espacio.
- Experimentar hasta dar con el espacio en el que más cómodos nos encontremos sin violar la intimidad. Esta es quizás la regla universal, porque cada persona es un mundo y lo que para una es un espacio aceptable, para otra no lo es en absoluto.
Las relaciones sean del tipo que sean, son un cortejo en el que las personas bailan al son de sus neuronas espejo, para sincronizarse. Por eso es importante que probemos distintas distancias hasta dar con aquella en la que ambos estemos más cómodos.
Y tu…¿Qúe tal te manejas en las distancias cortas?
Mister Valiente dice
Muy buen post Chema.
Quién no se ha encontrado alguna vez con personas que no saben gestionar el espacio interpersonal y, sin ser conscientes de ello, estropean cualquier acercamiento hacia otros. Conozco a varias personas que, aún a pesar de tener un trato de años con ellas, sigue incomodándome su actitud en este sentido, están realmente ciegas a las reacciones ajenas y, aún por encima, las interpretan a su antojo sin saber que son ellas quienes las provocan.
Sabemos que todos estamos condicionados por la herencia genética y las influencias ambientales y sociales, pero tan solo fomentando la curiosidad y potenciando la actitud por aprender y experimentar, podríamos dar un gran salto.
Blogs como éste son una muy buena aportación ayudando a estimular estas grandes cualidades.
La vida no es de color de rosa…en realidad es azul.
Chema dice
Estoy de acuerdo contigo.La actitud de aprender y experimentar, la creatividad y fomentar la curiosidad, deberían ser asignaturas obligatorias en el colegio.
A los que no nos las han enseñado, no nos queda otra que aceptar nuestras carencias y mirar hacia adelante.
Gracias una vez más por aportar contenido a la conversación 😉
Iago Fraga dice
¡Muy observador!
Hasta ahora sólo había oído hablar del tema en tanto que diferencias interculturales, clasificando países según distancia de «una mano», hasta el codo y de brazo entero. Cada grupo representando más o menos a la distancia estándar entre dos personas hablando pero no según la relacion interpersonal. Así que gratamente sorprendido. Un saludo,
Iago
gabriel dice
sos una mujer
Rut dice
Yo en los cursos lo explico con la escena de Dirty Dancing … «este es mi espacio, este es tu espacio…» , pongo a dos personas una en frente de la otra (normalmente hombres) y la distancia «standard» es la que coincide del hombro con el brazo extendido hasta la mano, a esa distancia podemos tener una conversación con casi cualquier persona… pero evidentemente hay que considerar las variables culturales como tu muy bien has explicado.
Lo que sí es cierto, es que inconscientemente «restauramos» la distancia de seguridad, y eso nos damos cuenta cuando comenzamos una conversación en un sitio de una sala/habitación/ pasillo, etc.. y la acabamos en otro punto muy diferente…
Me ha encantado el post!!! y el blog.. a mi también me apasiona el «efecto pigmalion».
Un abrazo!!!
Chema dice
Muchas gracias Rut!
Cuando somos conscientes y nos fijamos en cómo gestionamos nuestro espacio personal, nos damos cuenta de como reacomodamos la distancia constantemente.
Lo que sucede a veces es que no acabamos de acoplarnos bien porque fallamos en la interpretación de la otra persona. A mi me ha pasado alguna vez y siento la conversación como desincronizada.
Bienvenida y espero leerte por aquí más a menudo!
Jordi Valls dice
Hola Chema, interesante conocer el concepto de la proxemia.
Cuando estaba leyendo tu post, una y otra vez recordaba que muchas veces no me apetece saludar a una mujer dándole dos besos, simplemente le doy la mano, la miro atentamente a los ojos y le digo: tanto gusto de conocerte. No únicamente por mi, sino porque también considero que no siempre hay un contexto apropiado para besarse con alguien y para respetar el espacio personal de la otra perosna.
Suponemos que vamos caminando por la calle con un amigo/a y de repente éste/a encuantra a otro amigo/a suyo con el que para para saludarse y hablar un momento. Tu estás a su lado, y de repene te presenta. Sabes que esa persona te la presenta por cortesía pero la pregunta es: ¿también es por cortesía darle dos besos?, sabiendo que en menos de un minuto ya no estará con nosotros (casi siempre) proseguiremos nuestro camino.
Me ha sucedido, he dado la mano y se han molestado. Esa persona no era para marcharse y cuando pude tener un momento de conversación con ella (porque a los hombres darles dos besos ya queda para otras culturas) le he contado lo mismo que os cuento aquí. Sin embargo no lo quiso entender y la única explicación que encontró es que soy un antipático o que me dió asco darle dos besos.
Además, podemos añadir el estrechón de manos entre hombres. Es algo parecido, cuantas veces no te ha apetecido darle la mano a otra persona (por x motivos, personales tuyos o por cultura).
¿Es necesario dar la mano y los dos besos para ser cortés?
Jordi Valls
Chema dice
La sensación a la que te refieres la hemos tenido todos alguna vez y es una situación un tanto extraña porque no sabemos cómo reaccionar.
Creo que independientemente de lo que hagamos en cada caso, es más importante hacerlo con decisión, para no quedarnos en un saludo con la mano o medio beso (a mí me ha pasado y es una situación «peculiar»).
Personalmente suelo dar dos besos y la mano la reservo para presentaciones profesionales.
Para los amigos, cada vez más prefiero los abrazos 🙂
Gracias por comentar Jordi!
Rosa Perez dice
Pues yo debo tener la amigdala al jerez, porque… ¡Me encanta abrazar!!
Un abrazo pá ti!
PD. Me ha encantado tu blog. Tienes otra fan
Chema dice
Eso está muy bien, Rosa.
Otro abrazo para tí 🙂
112 dice
Cuando lei el titulo: Proxemia, o cómo 10cm pueden significar mucho en una relación.
Pense que por fin me iba a enterar de como alargarme el pene sin ponerme el puto jes-extender ese… Que decepcion…
Pero bueno aun asi muy interesante el articulo…
claudia dice
Hola,yo estoy enojada con mi esposo, salimos a un bar, despidiendonos de algunas personas no amigos nuestros una de ellas lo tomo con sus 2 manos en la cara y le dio un beso en la boca, para mi fue una falta de respeto, para el fue sorpresa y esto ha sido un pleito enorme entre nosotros por que el como hombre es muydecente y nopudohacerse aunlado, por otro fuesorprendido, y ademas el hombre no tiene reflejos como las mujeresextos son sus argumentos, porfavor dame tu punto de vista.
Gracias
Inma dice
Una compañera de trabajo invade tu espacio personal hasta tal punto que hay muchas veces que llega a pisarte o a darte patadas. Siempre he creído que este tipo de personas tienen algún tipo de enfermedad porque de verdad que sino no lo entiendo, no puedo creer que simplemente se trate de faltas de educación.
Hermaniahh dice
Hola Chema quisiera saber tu opinión. Soy profesora de universidad y hoy una alumna a la cual yo le había pedido que saliera del salón por estar hablando, y ésto debido a que estaba aplicando examen, hoy me buscó para preguntarme si le iba a afectar en su calificación. El punto al que quiero llegar es que la alumna se me acercó demasiado, yo calculo que se acercó a unos 40 cm, hasta se me dificultó poder mirarla bien cuando hablaba conmigo, debido a que utilizó lentes para ver de cerca y no la alcanzaba a ver muy bien por su cercanía. La alumna estaba muy ofuscada por su calificación y me reclamaba, pero lo que más llamó mi atención y encendió una alarma en mí, fue la proximidad y la interpreto como un deseo de agredirme. Qué piensas?, me gustaría saber tu opinión al respecto.
Chema Cepeda dice
Creo que cuando nos enfadamos perdemos los límites relacionados con la distancia y no solo usamos las palabras sino también nuestra actitud corporal a la hora de responder, por lo que estoy de acuerdo contigo
Anna dice
Me molesta cuando voy como cliente a un lugar y se me acercan demasiado. Me resulta invasivo y maleducado. Siempre me aparto, doy un paso atrás.
Lo segundo es cuando cierras un trato o lo que sea, doy la mano y algún hombre me invade y me da besos.
Los besos son para amistades, no para desconocidos. Tampoco aceptaría besos de otra mujer.
Relación comercial.
Cómo le voy dar besos a alguien que no conozco ?
Esto me ha pasado en España. Hay que mantener la formalidad siempre. La educación.
Macarena dice
Yo necesito que respeten mi espacio vital, no me gusta que me toquen. Tengo una amiga que no sé cómo decirle que no me toque y que no se acerque tanto a mí, se pega, en espacios pequeños y con otra persona, ella choca conmigo, o sea es que me siento ‘agredida’ con tanta proximidad, no quiero herirla, pero hago todo lo posible por no verla ni quedar con ella, excusas. Y desde luego he sufrido lo mismo con algún hombre desconocido y puedo sentirme muy mal. En las colas, muchas personas no respetan el espacio personal y me parece falta de educación. A veces cuando se me pega alguien, amig@ o desconocido, yo retrocedo y esa persona también, pero para acercarse más a mí, parece un baile. Me hace sentir muy mal, enfadada y muy estresada. A veces lo siento como una agresión. Y tampoco quiero que me besen ni dar besos. Y soy muy sociable, Creo que se debe enseñar a respetar el espacio personal y que a tod@s no nos gusta que nos toqueteen. Gracias por tu artículo.