Últimamente he tenido momentos en los que me he sentido como un auténtico bombero, y no en el sentido del héroe que todos conocemos, sino más bien en el de alguien que se pasa el día sin tiempo, más que para ir apagando los fuegos que van apareciendo.
[quote]A veces creamos fuegos nuevos solo para no tener que apagar los incendios importantes[/quote]
Foto de gogoloopie vía Flickr
Y es que involucrarse en varios proyectos a la vez tiene sus ventajas, ya que te sientes más activo y permite explorar los límites personales de gestión de tareas que puedes alcanzar.
El problema es que la suma de infinidad de pequeñas tareas hace de tu día a día una sucesión de esfuerzos a pie de campo, que te alejan de tus grandes objetivos y hacen que pierdas la perspectiva general de las cosas.
Estar todo el día apagando fuegos se traduce muchos pequeños logros, pero te impide ver hacia dónde se propaga, cuál ha sido su causa y sobre todo, para qué te sirve el bosque si nunca vas a poder apagar el incendio…
Para evitar el síndrome del bombero apagafuegos bastaría con que dedicáramos unos minutos al día a analizar las tareas que vamos a realizar, identificar aquellas que son compatibles con nuestro gran objetivo y eliminar todas las que nos distraen o empujan en otra dirección.
Y habría que repetir el análisis cada vez que pretendamos asumir un nuevo proyecto. Sería suficiente con preguntarnos ¿este nuevo proyecto me va a empujar hacia mi objetivo principal? Si la respuesta es afirmativa, adelante con el incendio.
Así sabremos a qué fuego tenemos que dedicar todos nuestros esfuerzos y cuál no merece ni un minuto de nuestra atención.
¿Eres un pirómano de tareas?
Información Bitacoras.com…
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