Hoy se han alineado los astros para que escriba este artículo, que es en esencia Serendipia pura.
¿Tapamos los agujeros que surgen en nuestra vida? ¿O creamos agujeros para poder taparlos?
Cuando venía al trabajo, empecé a dar vueltas sobre si realmente estaba gestionando bien mi tiempo. En el sentido de que van apareciendo nuevos proyectos y tareas y estas se van integrando en la rutina diaria, ocupando espacio en la cada vez más saturada lista de cosas por hacer.
El caso es que a base de añadir cosas a la lista de tareas pendientes, no estoy dedicando nada de tiempo a pensar en qué es lo que quiero hacer, dónde tengo que invertir los esfuerzos y qué tareas son las que quiero resolver. Y mucho menos a hacer las cosas de mi lista «algún día»…
En definitiva, que no estoy a gusto con la forma de gestionar mis proyectos, ya que estoy dejando de lado el pensar o desarrollar cosas que me gustan o me parecen importantes, para completar otras que me apetece hacer mucho menos. Que no digo que no las quiera hacer, pero terminarlas me está costando la vida…
Para no perder el hilo de la Serendipia, cuando he llegado al trabajo, he publicado lo siguiente en Twitter:
Y unas horas después, @Rahego muy al hilo comenta lo siguiente:
Y para terminar con el capítulo de Serendipias, al poco rato leo también:
El tweet es sobre un interesante artículo del Blog Enredando-Korapilatzen relativo la filosofía de Google, cuyos trabajadores dedican un 20% de la jornada laboral a proyectos que no tengan nada que ver con tu trabajo. Este artículo, a su vez hace referencia a otro de lifehacker sobre este mismo tema. Es curioso, pero el mismo artículo dice que el 50% de las ideas de Google proceden de ese 20% destinado a proyectos personales.
Por un lado, a muchos en el fondo nos gustaría trabajar para Google, en parte por ese aura mezcla de frikismo y creatividad y en parte por sus condiciones laborales. Pero después por otro lado, no somos capaces de hacer lo que sí está en nuestras manos, que es vivir nuestra vida según la filosofía Google.
Entonces, la pregunta es obvia ¿por qué no destinamos un tiempo concreto y específico de nuestra vida a desarrollar este tipo de proyectos? Sería tan «fácil» como reservar unos minutos al día o unas horas a la semana en la que solo pudiésemos trabajar en esas cosas.
Supongo que sobre este tema se habrá hablado largo y tendido en otros blogs de productividad personal, pero quería reflexionar un poco más sobre el tema.
¿Por qué nos cuesta tanto reservar tiempo para lo que nos gusta?
La pregunta tiene su miga, porque en teoría no debería ser necesario reservar tiempo para desempeñar algo que nos gusta hacer, pero aún así no lo hacemos y lo vamos procrastinando día tras día.
¿Qué nos lleva a no hacerlo? Como dice @rahego, puede que el llenar nuestro tiempo con cosas, sea una excusa para no abordar las que realmente nos gustaría hacer, quizás por miedo de fracasar. Porque a veces si disponemos de tiempo, pero precisamente lo empleamos para rellenarlo con más tareas de las «obligatorias», en lugar de hacer las «vitales».
Algo parecido es lo que nos cuentan en la película de Up (atención, spoiler! ;-)), en la que el protagonista persigue durante toda su vida un sueño (tener una gran aventura) y se da cuenta al final de que la verdadera aventura la ha vivido persiguiendo el sueño.
En nuestra mano está entonces la posibilidad de seguir rellenando huecos con tareas secundarias, o ser proactivos y vivir según la filosofía de Google.
Implementando la Filosofía de Google
Un 20% me parece demasiado tiempo, sobre todo para empezar. En mi caso, me conformaría con poder dedicar un 5%, ya que actualmente le dedico intermitentemente una media de un… 1% siendo generoso… Por lo que incrementarlo un 4% supondría un cambio importante.
Como es un actividad más placentera y totalmente voluntaria, no deberíamos hacerla a primera hora del día que es cuando estamos más frescos y rebosantes de energía. A esa hora mejor las tareas más importantes y que más trabajo cuesta sacar adelante. Tampoco creo que haya que dejarlo para última hora, de hecho es lo que estaba haciendo hasta ahora y así me ha ido… Llegamos cansados a ese momento y al final acabamos por no cumplir.
Podríamos intentar llevarla a cabo entre medias de ese tiempo, pero creo que es importante reservarle un tiempo específico y de obligado cumplimiento.
Hecha la idea, hay que pasar a la acción. Prometo que a partir de ahora, unos minutos al día estarán destinados a ordenar las ideas y desarrollar las que más me gustan.
Y tu, ¿reservas tiempo para proyectos personales? ¿Cómo lo gestionas?
Elena dice
Tantas listas de tareas y porcentajes para lo que te gusta no lo veo. En el trabajo sí, para eso lo utilizo de forma continua, pero aplicarlo a mi desarrollo personal y a mi tiempo de ocio me parece que es convertir la vida en una lista de tareas pendientes en vez de dedicarte a disfrutarla. No dudo en que así consigas hacer muchas más cosas ¿pero disfrutas más de la vida y de todas esas cosas que consigues hacer? Tener cierta planificación está bien, pero planificar el detalle me parece perder espontaneidad y sobre todo disfrute. ¿Por qué te vas a poner un porcentaje de tiempo para lo que te gusta? Unos días puede surgirte una actividad placentera para el día entero y otros días no. Tanta planificación, me da una pereza,… Muchas de tus obligaciones son autoimpuestas y otras no son como tal obligaciones(a no ser que tu las etiquetes como tal). Me explico, por ejemplo tu puedes pensar que los cuidados a tus hijos son una obligación o etiquetarlo como una parte de tu tiempo de disfrute y así cada circunstancia de tu vida. ¡ A disfrutar cada momento! Prefiero ser menos productiva y más feliz.
Cesar dice
Como siempre Chema, tienes artículos muy interesantes.
Creo que lo que dices que te ocurre, es lo que le ocurre a la mayoría de las personas.
«Siempre tenemos 1 hora para las cosas urgentes, pero no tenemos 5 min para las cosas importantes»
Me comentaba un amigo ayer en la comida que el ego subconsciente es capaz de apoderarse de nuestro yo consciente. Digo esto por la referencia que has dado del miedo al fracaso. El ego en este caso se alimenta por la gente que se apiada de nosotros o porque nos compadezcamos de nosotros mismos para sentirnos felices.
Chema dice
Muy buena la frase César, me la apunto en mi libreta para tenerla en cuenta!
Angela dice
Muy buen articulo una vez más, Chema, gracias por esta reflexión tan interesante. También me quedo con la frase de César, muy pocas veces distinguimos bien lo urgente de lo importante. Yo sí creo, a diferencia de Elena, que debe existir un tiempo estipulado para eso que nos gusta, al menos dedicarle un mínimo. Un ejemplo fácil, me gusta escribir, durante el día se me pueden pasar por la cabeza mil historias para una novela, veo gente o situaciones y se me escapan las ideas. Si no me siento y escribo, sino «me obligo» a dedicarle algún tiempo acabo por no producir nada y ahí entra un poco ese miedo al fracaso…»¿y si lo que voy a escribir no es nada del otro mundo? ¿y si estoy perdiendo el tiempo y estaba mejor corriendo o cocinando? » Lo gracioso es que cuando aparto esos obstáculos, los textos salen, la creatividad fluye y yo disfruto mucho, escribiendo, leyendo y a veces compartiendo después. . .y eso no quiere decir que mi objetivo final sea escribir una novela (que a lo mejor lo hago! 😉 )
Sigo pensando que vivimos en una sociedad en la que tareas o actividades que aparentemente no nos llevan a ningún sitio inmediatamente, no son muy bien vistas y así seguimos saboteando nuestro disfrute, nuestra creatividad y nuestra realización personal…
Saludos a todos!