Muchas veces escuchamos cómo el deporte puede ayudarnos a crecer como personas y a mejorar el conocimiento que tenemos de nosotros mismos. Pero por mucho que nos lo digan, hasta que no lo llevemos a la práctica no veremos realmente la certeza de esas palabras.
Es por eso que hoy quiero presentaros el reto deportivo en el que llevo inmerso desde hace unos meses y cómo me está cambiando la perspectiva principalmente en dos aspectos: esfuerzo y motivación.
La soledad del runner se compensa con grandes momentos de introspección
Foto de mike warren vía Flickr
(Nota previa: lo que vas a leer a continuación, es el resultado de una experiencia individual y con ello pretendo reflexionar sobre las cosas que personalmente me han funcionado. Si te decides a realizar un reto de este tipo, mi consejo es que lo planifiques adecuadamente, y lo adaptes a tu estado de salud, poniéndote en manos de un profesional sanitario).
Presentando el reto y primeras dificultades
Hace ya algún tiempo que organizo mi trabajo en torno a listas, con el fin de ser más productivo. Fundamentalmente trabajo con una lista de tareas recientes, muy flexible y dinámica; otra lista de tareas a medio plazo, en la que están las cosas a conseguir durante el año en curso; y por último la lista «algún día». Esta última es sin duda la que más satisfacciones personales me da, porque es en ella en la que vuelco mis sueños y retos imposibles y sobre la que me gusta volver cada cierto tiempo.
Pues bien, uno de los retos que siempre ha estado en esa lista y al que he decidido al menos intentar poner la cruz de conseguido es el de correr una maratón (para los no iniciados, nada menos que 42,195 km).
Soy consciente de que es un reto difícil, sobre el que es bonito teorizar, pero cuando empiezas a correr te das cuenta de que va a requerir mucho esfuerzo y sobre todo constancia y motivación.
La primera lección que he aprendido de este reto es que la cabeza corre al triple de velocidad que las piernas y es algo que nos puede avocar a una lesión cuando empezamos a entrenar. El running es un deporte en el que al poco de empezar enseguida te encuentras bien fisicamente, lo que te lleva de forma inconsciente a aumentar la carga de entrenamiento, con el consiguiente riesgo de lesión.
Es un deporte que exige disciplina desde el principio y un aumento de intensidad muy suave y gradual, para que los músculos y tendones se vayan acostumbrando en cada momento. Y esto te lo digo por propia experiencia: 2 meses en el dique seco por no respetar este principio…
Empezar un reto y tener que detenerlo al poco tiempo de su inicio a causa de una lesión es realmente desmotivador. Es por eso que no he querido escribir sobre ello hasta que lo he superado y he cogido ritmo en los entrenamientos. Cruzaremos los dedos, aprenderemos del fallo e intentaremos que no ser repita en el futuro.
El running y mi relación de amor(ahora)/odio(antes)
Siempre he sido más favorable a deportes de equipo y mi relación con el running no ha sido del todo buena. He intentado en varias ocasiones introducirlo como rutina de mantenimiento de mi condición física, pero acababa abandonándola por diversas causas. Tras analizar errores del pasado, creo que principalmente el abandono se debía a lo siguiente:
- No tenía una rutina marcada: salía a correr cuando me apetecía y la duración e intensidad de los entrenamientos variaba en función de mi estado de ánimo
- No tenía objetivos, por lo que mi nivel de motivación era también muy variable.
- Las lesiones iban y venían, fundamentalmente causadas por una mezcla de los dos puntos anteriores.
Todo esto hacía que mi relación con este deporte sufriera muchos altibajos y que realmente no disfrutara como ahora lo estoy haciendo .
Lecciones aprendidas
Partiendo del análisis anterior, he decidido afrontar este nuevo reto incidiendo en medidas para evitar el fracaso y atacando directamente a esos factores. Estas son las lecciones que he aprendido a la hora de encarar un reto como este:
1. Objetivos
Mantenerse en forma es una buena razón para empezar a correr, pero si queremos mantener nuestro nivel de motivación hay que marcarse unos objetivos. En mi caso el reto principal es acabar una carrera de larga distancia. Podrá parecer un objetivo fácil o difícil, dependiendo de las características de cada persona, pero para mí pasar de no correr a poder correr largas distancias constituye un reto personal apasionante.
Es importante marcar una serie de objetivos secundarios o intermedios, que nos permitan mantener ese nivel de motivación y conviertan el gran objetivo en una sucesión de pequeños pasos. Por ejemplo, podríamos poner como objetivo intermedio correr 5km, correr 10km, 20km etc.
No es imprescindible que nuestro objetivo sea correr una maratón o cualquier otra distancia. Sería suficiente con que marcásemos como objetivo correr regularmente a un ritmo suave, para mantenernos saludables. Lo importante es ser constante para conseguir nuestro objetivo, sea el que sea.
Conforme vayamos cumpliendo esos pequeños objetivos, nuestra motivación subirá y podremos ver en perspectiva donde estábamos antes y en qué punto estamos ahora.
Este concepto es perfectamente aplicable a cualquier cosa que queramos conseguir en la vida ¿no te parece?
2. Rutina
Es fundamental planificar adecuadamente cualquier tipo de actividad y cumplir la planificación en la medida de nuestras posibilidades.
Algo que me han enseñado las lesiones, es que la rutina ha de ser progresiva, flexible y realista. Si llevamos un tiempo sin hacer deporte, deberíamos empezar de forma muy suave e ir aumentando progresivamente (y mejor despacio) la carga de entrenamientos, tanto en intensidad como en frecuencia.
Hay que tener en cuenta que nuestros músculos y sistema cardiovascular están acostumbrados a nuestra actividad física diaria y no más. Si queremos exigirle un esfuerzo añadido, tenemos que hacerlo de forma permita una adaptación progresiva. Esto es algo que he aprendido por el camino difícil, tras varias lesiones por intentar acortar los tiempos de adaptación al entrenamiento.
Recuerda que saltarse esta norma puede llevar a lesiones crónicas, largos periodos de inactividad deportiva y por lo tanto, la no consecución de ninguno de los objetivos.
Además, debemos ser realistas y flexibles con los objetivos y los plazos. Esta claro que si no podemos entrenar 4 días por semana pero si 3 o 2, no debemos exigirnos entrenar 4. Hay que buscar el equilibrio entre cumplimiento y flexibilidad. Poner un calendario demasiado rígido, puede hacer que fallemos continuamente en su cumplimiento y abandonemos el reto y ser demasiado flexible, puede llevarnos a abandonar por la vía del abandono.
3. Entrenar en soledad es un arma de doble filo
Cuando corres solo llegas a disfrutar de la soledad y si eres capaz de conectar todos tus sentidos, experimentas sensaciones increíbles. Sentir tu cuerpo, escuchar tus pasos, escuchar los latidos de tu corazón al ritmo de la exigencia, notar los músculos en tensión y el desgaste de la carrera,…
Por otro lado, cuando corres solo lo haces contra ti mismo. Nadie te va a exigir que te esfuerces más, ni te va a marcar el ritmo, ni va a ayudarte a seguir motivado. Todo ello tendrá que partir de tu interior, la automotivación es fundamental.
Personalmente prefiero correr solo por las ventajas que ya he comentado y porque soy flexible con mi objetivo. Si tardo un poco más de tiempo o corro menos distancia de la esperada no pasa nada, lo conseguido hasta ahora ya merece mucho la pena.
Hay personas que prefieren correr en grupo para no perder la motivación, o para exigirse más fisicamente o mantener un ritmo de carrera. Creo que es igualmente válido y que cada uno debe elegir lo que más le guste en función de sus necesidades.
4. Eliminar todo aquello que te sobra y medir los resultados
La filosofía Lean, es algo que esta muy de moda en el mundo empresarial, pero creo que es muy aplicable al desarrollo personal. Consiste en usar lo que funciona y eliminar todo aquello que no es necesario.
Cada vez que empiezo a desarrollar una actividad, intento buscar muchísima información para hacerlo lo mejor posible. El riesgo de tener mucha información, es que a veces nos cuesta separar lo importante y acabamos mezclando las cosas.
Es bueno tener información adecuada, pero a la hora de entrenar, es mejor utilizar una rutina que funcione y no mezclar rutinas o entrenamientos distintos. Hay miles de páginas de running con buenos planes de entrenamiento, pero a mí el que más me ha gustado hasta la fecha es el que propone Asics en su página web, porque es personalizable y muestra consejos muy interesantes.
También es importante medir los resultados de entrenamiento, porque de esa manera sabemos si estamos mejorando, cuánto hemos mejorado y podemos ver cómo estábamos al principio del entrenamiento y cómo estamos en este punto.
En mi caso registro para cada entrenamiento: pulsaciones, tiempo, distancia, ritmo de carrera, condiciones meteorológicas y sensaciones personales.
Para registrar la actividad uso un pulsómetro para medir las pulsaciones a lo largo del entrenamiento y evitar excesos. Tras probar varias aplicaciones, me he quedado con Runtastic para medir distancias y ritmos de carrera. Y para registrar las sensaciones, uso la grabadora de voz del teléfono móvil después de cada entrenamiento.
Estado del reto
Llevo entrenando unos 6 meses y hasta el momento he alcanzado varios de mis objetivos parciales, por lo que mis niveles de satisfacción y motivación están en un punto muy alto. Cómo veréis no son unos tiempos espectaculares, pero en mi caso los objetivos marcados pasan por completar distancias y el tiempo es algo secundario.
- Correr durante 2 meses sin lesiones: conseguido
- Correr 5 km: conseguido (25 minutos)
- Correr 10km: conseguido. 56 minutos en carrera oficial y mejorado a 52′ en entrenamientos
- Correr 21km:
no conseguido. Es el primer gran objetivo marcado y que intentaré completar el 17 de Junio de 2012. Hasta ahora la máxima distancia recorrida ha sido de 15km (1h 22′).Actualizado 17/06/2012: ¡objetivo cumplido! 21km completados en 1h 57′ 00» - Correr 42,195 km: no conseguido. Será la culminación del reto en caso de superarlo. Es algo que está en el horizonte, pero que no empezaré a plantear hasta que consiga correr la media maratón. Veremos si algún día consigo ponerle la X de conseguido.
Seguiré disfrutando de este reto y dando cuenta de los avances del mismo a través del blog y de la página de Facebook. 🙂 También puedes ver los entrenamientos en mi página de Runtastic.
¿Eres corredor? ¿Tienes algún reto físico en mente? Deja un comentario para que podamos aprender de tu experiencia.
Tomas Martinez (@TMCAMPOS) dice
Si quieres finalizar una Maraton entrena tambien a tu cerebro para que este siempre «fresco» y sea el que dirija tus pasos.Estoy seguro que lo conseguiras.
Chema dice
Efectivamente Tomás, creo que la mentalidad y la motivación es fundamental en un reto de estas características y hay que estar preparado para cuando lleguen los momentos de dificultad, que seguro lo harán.
Un abrazo